Comandante Lock: ¡Carajo Morpheus! ¡No todo el mundo cree lo que usted cree!
Morpheus: Mis creencias no les exigen.
Esto es una de mis piezas favoritas de diálogo de la película The Matrix Reloaded, familiarmente conocida como La Más Aceptable de las Dos Secuelas. Era un cristiano cuando esa película salió y aquel intercambio verbal siempre se ha quedado conmigo. Ahora mismo, como un ateo, lo encuentro conmovedor e importante. Apostaría que aquellos dos adjetivos son rara vez usados en la referencia a esa película en particular. Pero, esa escena de la persecución de la autopista fue increíble.
La Vida en un Mundo de Ensueño
Cuando era un cristiano, el mundo giró alrededor de la verdad absoluta. Todo que creí era verdad para toda la gente en todos los sitios siempre y sin cualquier mezcla del error porque lo había recibido de Dios. Aun si el mundo entero se encontraba en desacuerdo conmigo, no significaría que tenían razón o estaba equivocado. Para ser justo, algunas cuestiones eran más esenciales que otros. Había unos que eran no negociables y otros que tenían flexibilidad. No era realista sobre cada sola opinión que tenía y no era verbalmente agresivo o mezquino hablando con otros que no estaban de acuerdo conmigo.
Si algo fuera verdad, entonces absolutamente era verdad. Si algo no fuera absolutamente verdad, entonces era absolutamente falso. Si fuera Morpheus en la susodicha escena y hablaba a un incrédulo, esto habría sido mi posición: mis creencias no requieren ningún acuerdo a fin de ser verdad, y ya que son verdad, prenden a cada uno sin tener en cuenta si alguien está de acuerdo. Sí, lo sé. ¿Pero oye, puedo al menos conseguir unos puntos de caridad por entender la falacia ad populum hasta cierto punto?
Un Sistema Basado en Reglas...De Algún Tipo
Había algunos problemas con mi posición que escaparon mi atención en ese entonces. Un tal problema era distinguir entre los sujetos no negociables y aquellos que se presentaban para la discusión. No tenía métodos consecuentes o pautas para determinar la diferencia, principalmente debido a que ningunos tales métodos o pautas existen. La respuesta oficial era que la Biblia es el único guía en tales asuntos, pero la gente interpreta el texto diferentemente y tiene sistemas de valores internos diferentes que hacen ciertas cuestiones más grandes que otros para ellos.
Mientras puede haber consenso en algunas cuestiones entre cristianos, en particular aquellos dentro de ciertos grupos confesionales, ningunas dos personas van a convenir en la importancia de cada cuestión o el sentido de cada pasaje bíblica. El propio texto no hace ninguna distinción entre asuntos, por tanto cualquier tal distinción debe ser hecha por cada individuo “según su propia conciencia”. Dicho de otra manera, deben confiar en su propia interpretación personal del texto y su propia evaluación personal de lo que es importante para ellos. Además de absolutamente verdadero y absolutamente falso, parece que hay una tercera categoría: las evaluaciones individuales que son asuntos de la conciencia personal y no son asignadas un valor absoluto. Qué cuestiones deben ser incluidas en esta tercera categoría y cómo se deberían acercar a ellos variará. La verdad absoluta de repente no parece completamente tan absoluta.
No Hay Cuchara
Otro problema enorme era mi fracaso de distinguir entre lo que vi que significaban los textos bíblicos y lo que los textos realmente dijeron. Era parte de una denominación evangélica conservadora que cumple con una perspectiva literal de la Biblia. “Tómelo literalmente a menos que no tenga sentido de hacer así” era el mantra hermeneutical. La pregunta natural que se presenta es cómo uno determina si tiene sentido de tomar un paso particular literalmente. Esto es donde las cosas comienzan a volverse muy confusas.
La mayor parte de mi estudio de la Biblia fue hecho actualmente o como la parte de una lección de algunas clases de domingos, lo cual seguía a un sermón largo, o en mi propio estudio personal. El estudio actual es un método eficaz de propagar la doctrina de la iglesia ya que es presentado como lo que Dios dice sobre equis sujeto. Estas enseñanzas actuales forman los componentes básicos de varias doctrinas y sistemas teológicos, y estos sistemas son las lentillas a través de las cuales lee el texto bíblico. Lo más que se hablan de más estos temas, más estos componentes básicos son reforzados y la interpretación del texto se hace un reflejo mental. Ya que no hay separación entre el texto y la interpretación, el estudio de la Biblia esencialmente se hace un ejercicio en la memorización de la doctrina con la prueba de texto.
Ya que la interpretación de un paso dado es determinada por su lugar en el sistema teológico total, es este sistema que determina si un paso debe ser tomado literalmente. Los textos bíblicos tienen un solo sentido del y no pueden ser por otra parte a menos que el texto sea usado para dirigirse a un tema que no es esencial para el sistema. En este caso, hay un poco de flexibilidad y la interpretación es dejada por la conciencia personal. La estructura del sistema teológico determina qué temas son esenciales para ello y que no son. No reconocí esto porque fue ofuscado por la lengua usada en la enseñanza bíblica. Las frases como “la Biblia dice” y “Dios dice” borraban la línea entre texto e interpretación, entre sujeto y sistema. Esto era el sentido del paso y no podía ser por otra parte. Era un sistema muy rígido, inflexible que era muy resistente a modificación o cambio de cualquier clase. Volviendo al tema actual, no me sorprende que sostuve tantas perspectivas anacrónicas y científicamente inexactas. También es sorprendente que ponía en ridículo la ciencia por su adaptabilidad y elogié a la verdad como eterna e incambiable.
Tomando la Pastilla Roja
He abrazado desde entonces el proceso de la pregunta escéptica en todas las áreas de la vida, dejé la religión totalmente y soy ahora un ateo. Este proceso ha sido un cambiador mundial para mí. Mi placer de todas las áreas de la vida se ha multiplicado por cien, mis horizontes se han ensanchado más allá de lo que pensaba posible, y soy mucho más compasivo y comprensivo hacia la gente. Conozco aquel sentimiento de aislamiento y desconexión, y ayudar a aliviar la picadura hueca de ese sentimiento en otros ateos y librepensadores es una fuente de felicidad para mí. Justo siendo tan masoquista como puede ser a veces, disfruto de discusiones con cristianos en su mayor parte. Si ocupado de debate animado o conversación ocasional, los encuentro intelectualmente estimulantes y puedo ser ya sea complaciente o una tea ardiente según el carácter de la discusión. Ya no me ofendo en sus tentativas de convertirme. Es el precio de compromiso y es un detalle importante de su motivación para tener tales discusiones. Permiten que yo vea cómo solía ser, oír cómo solía hablar y sentir cómo solía presentarme. También me hacen sentir liberado que ya no estoy en ese lugar.
Mientras me alegra mucho haberme despedido de ese modo de pensar y me gustaría que otros hicieran lo mismo, el proceso de cambio era uno difícil para mí y no lo impondría a nadie que no quisiera o estuviera listo. A través de estas discusiones, he encontrado otra manera de ver la escena que mencioné al principio. Ahora entiendo la calma con la cual Morpheus habla y la confianza en su mirada. Nace de escuchar y entender a otros en vez de esforzarse simplemente por convencerlos y convertirlos. Las creencias que sostengo, de ser fundado en testimonio confiable y razón sana, no necesitan ninguna otra corroboración. Los sostengo sueltamente y no soy dogmático sobre ellos. Esto permite que yo hable de ellos y no sólo defenderlos. Los otros pueden estar en desacuerdo, y estoy contento con permitir esto. Mis creencias no los exigen. No más.